Caminando entre Gigantes
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En la mina del Cerrejón se respira trabajo exigente en toda su actividad. Un sol inclemente, el fuerte calor y en general un ambiente de trabajo duro y desgastante, donde a cada paso nos encontramos con hombres rudos de todas las edades que se encargan de labores a campo abierto, ya sea operando los gigantescos camiones que circulan por las anchas vías con material estéril o carbón, o cargando los pozos con explosivos.
En lugares específicos de los tajos, se ubican los parqueaderos para estos camiones en donde se realizan las reparaciones menores.
Para los cambios de turno, esparcimiento y demás, se encuentran los campamentos para el descanso de los operarios. Es aquí donde pueden tomar un refrigerio, parar para relajar las piernas, conversar un rato con sus compañeros o simplemente cambiarse para iniciar un turno. De hecho el transporte que los trae a la mina desde sus hogares, los deja de acuerdo a los Tajos asignados en estos parqueaderos en donde se asignarán al camión de turno.
Cuando solicitamos conocer a una mujer que trabajara a campo abierto, la referencia que obtuvimos fue inmediata: Rossana. Así que nos dirigimos hacia uno de estos parqueaderos o línea Down, como es denominado el lugar en la mina.
Alineados perfectamente encontramos unos 10 camiones Hitachi Euclid 5000; Inmensas moles que cargan hasta 320 toneladas. Estar tan cerca de estos camiones es intimidante , pero no para Rossana. Una joven mujer de lindo rostro, acento costeño y estatura mediana, que viste de uniforme amarillo, casco blanco y quién a pesar de la labor que desempeña se ve perfectamente arreglada.